Reto para el dia 19 de diciembre de 2020.

#AdvientoEnMovimiento

Breve nota de la Carta Encíclica Ecclesia de Eucaristía de San Juan Pablo II sobre la Comunión Espiritual.

Hacer un Acto de Comunión Espiritual es una fuente de gracia. La Comunión Espiritual significa unirse en oración con el sacrificio de Cristo y adorarlo en su Cuerpo y Sangre. Históricamente, la razón más común para hacer un Acto de Comunión Espiritual fue cuando uno no podía asistir a Misa, o incluso si en Misa no podía recibir la comunión.

Los Actos de Comunión Espiritual aumentan nuestro deseo de recibir la Comunión sacramental y nos ayudan a evitar los pecados que no nos dejarían recibir la Comunión dignamente. Estos actos de Comunión Espiritual pueden expresarse en nuestras propias palabras, incluyendo la intención de unirse al sacrificio de Cristo, aquí se reseña la oración de San Alfonso Maria Ligorio.

Y nuestra Santa Teresa de Jesús en su libro Camino de Perfección, ya nos invita a realizar la Comunión Espiritual.

 Heme alargado tanto en esto, aunque había hablado en la oración del recogimiento de lo mucho que importa este entrarnos a solas con Dios, por ser tan importante (1). Y cuando no comulgareis, hijas, y oyereis misa, podéis comulgar espiritualmente, que es de grandísimo provecho, y hacer lo mismo de recogeros después en vos, que es mucho lo que se imprime el amor así de este Señor. Porque aparejándonos a recibir, jamás por muchas maneras deja de dar que no entendemos (2). Es llegarnos al fuego que, aunque le haya muy grande, si estáis desviadas y escondéis las manos, mal os podéis calentar, aunque todavía da más calor que no estar adonde no haya fuego. Mas otra cosa es querernos llegar a El, que si el alma está dispuesta -digo que esté con deseo de perder el frío- y se está allí un rato, para muchas horas queda con calor.

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